Déjame entrar

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Quedarse

En el espacio que hay entre tu sonrisa y la mía, existe un lugar tranquilo donde somos felices. Todo es dulce, suave y hermoso. El viento empuja las hojas de los árboles, el sol nos caricia los labios y la hierba mojada refresca nuestros pies. Y así nos basta, no necesitamos ponerle nombre a las calles ni asignar un número a los portales. Cuando estamos juntos, habitamos una ciudad hecha para nosotros, en mitad del bosque. No aparece en los mapas, solo tú y yo conocemos el camino de ida y vuelta. Y ¿sabes qué? resulta maravilloso. Porque todo está por escribir y se trata solamente de disfrutar del paisaje. Qué dulce casualidad te trajo hasta mí, estoy tremendamente agradecida. Y no voy a escribirte ni un solo poema porque esto no va de amor ni tampoco de sexo. Se trata de cruzarse, encontrarse y quedarse. Tan sólo eso. Y tanto.








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