Se acabará el mundo en poco tiempo
te dije entre sollozos aquella noche lluviosa.
Y tu me abrazabas fuerte
como si tus brazos pudieran
terminar con las guerras,
parar el deshielo,
acertar la formula secreta
para acabar con el hambre,
ese ladrón que roba tantas bocas.
Tenía miedo aquella noche extraña:
podía suceder en cualquier momento
y yo encontrarme en cualquier lugar
-separada de ti-
sin tiempo para despedidas.
Pero tu seguías sin despegar
tu cuerpo del mío,
como si fuera posible frenar
el gran cataclismo
que se nos venía encima.
Se acabará el mundo en poco tiempo
dije aquella noche de lluvia.
¡Se acabará el mundo ! insistí.
Tú reías.
No sabías que hablaba de nosotros
.