El amor al otro trae consigo SIEMPRE una astilla. Es imperceptible pero siempre la trae. Es minuscula pero tarde o temprano aparecerá. Es la astilla del sentimiento trágico de la vida Un vacío futuro que estrangulará el llenado presente y pasado. Como decía Goethe "todo lo cercano se aleja". En el amor está el destino del sufrimiento. Una aguja tan fina y pequeña que es incontrolable... pero que por pequeña se cuela y pincha en lo más hondo
La pretensión de amar es el afán de ponerse al borde de un precipicio para contemplar eternamente la belleza del paisaje
Por eso existe cierta cobardía en evitar esa astilla .En no querer asomarse ni subir esa altura. El no amar no es el odio sino la indiferencia. Por eso cada vez el mundo es más indiferente. "comamos y bebamos que mañana moriremos"
¿somos cobardes?
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